miércoles, 26 de junio de 2013

Arritmias inducidas por el ejercicio

Las arritmias cardíacas inducidas por el ejercicio que ocurren durante o después del esfuerzo físico tienen diferentes consecuencias que van desde palpitaciones, mareos, síncope, angina, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca congestiva hasta la misma muerte súbita. Este tipo de arritmias pueden observarse en pacientes propensos a la isquemia miocárdica aunque también pueden ocurrir en individuos sanos de cualquier edad. En este último grupo las arritmias suelen ser benignas aunque puede darse el caso de arritmias malignas debido a anormalidades eléctricas o estructurales adquiridas (ej. inducidas por drogas) o congénitas (ej. síndrome de QT largo congénito o displasia arritmogénica del ventrículo derecho).

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Manifestaciones clínicas

Con el ejercicio se pueden desencadenar diferentes tipos de arritmias entre ellas tenemos:

- Taquicardias ventriculares (Polimórficas, monomórficas)

- Fibrilación ventricular

- Taquicardias supraventriculares

- Fibrilación auricular

- Flutter o aleteo auricular

- Bradicardia sinusal

- Paro sinusal

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Con respecto a las contracciones auriculares o ventriculares prematuras inducidas por el ejercicio no suelen tener significación pronóstica si bien cabe destacar que una contracción auricular prematura o contracción ventricular prematura puede iniciar un episodio de taquiarritmia sostenida o no sostenida. En general, las taquicardias ventriculares conllevan un pronóstico peor que las supraventriculares. Aparte de la frecuente asociación con enfermedades estructurales cardíacas, es menos probable que las taquiarritmias ventriculares se puedan tratar con terapia farmacológica y cateter de ablación, en comparación con las supraventriculares.

Menos apreciado es el hecho que el ejercicio, paradójicamente, puede inducir bradiarritmias tales como paro sinusal y bloqueos auriculo-ventriculares.

Tratamiento

La farmacoterapia con betabloqueantes sigue siendo la columna vertebral de la prevención de las arritmias inducidas por el ejercicio.

En pacientes con isquemia miocárdica activa debido a cardiopatía isquémica, es esencial llegar hasta la revascularización con angioplastía coronaria transluminal percutánea con o sin endoprótesis o a la cirugía de derivación con puente aortocoronario. En pacientes con FEV comprometida la optimización de la hemodinámica y del balance de electrolitos séricos es de capital importancia. Estos pacientes si no tienen contraindicaciones suelen requerir terapia con diuréticos, reducción de la poscarga con un IECA y/o un bloqueante del receptor AT1 de angiotensina II y dosis bajas de betabloqueantes, control de la hipertensión y corrección quirúrgica de defectos valvulares si los hubiera.

En pacientes con taquicardia ventricular monomórfica idiopática, además de betabloqueantes, puede ser efectivo el verapamilo para suprimir la arritmia. La ablación con cateter de radiofrecuencia es altamente efectiva (>80%) para abolir la TV idiopática monomórfica, el flutter auricular, la taquicardia auricular y la taquicardia del NAV con reentrada.

Por último, la implantación de un cardioversosr/desfibrilador debe ser recomendadas en pacientes con taquiarritmias ventriculares que no son adecuados para ablación con cateter de radiofrecuencia, independientemente de la presencia o ausencia de enfermedad estructural cardíaca.

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