Para comprender el ritmo es necesario hacer un breve repaso de la fisiología del sistema de conducción cardíaca: el impulso que se genera en el nódulo sinusal se extiende por ambas aurículas como onda de desporalización (la que forma la onda p) para lograr su contracción. Mediante un conjunto de miocardiocitos especializados el impulso despolarizante llega al nódulo aurículo ventricular (NAV).
"El nódulo sinusal (NS) genera un ritmo sinusal regular que estimula el corazón. Cada impulso de marcapaso del NS se esparce a través de ambas aurículas como una onda progresiva de despolarización", remarca Dubin.
Cuando este impulso llega al NAV sufre una pausa de una décima de segundo lo que se refleja en el ECG como el segmento p-r (no lo confundan con el intervalo p-r ya que este incluye toda la onda p), de hecho en el segmento no hay diferencia de potencial, de ahí que el trazado sea una línea isoeléctrica. Una vez estimulado el NAV este transmite el impulso eléctrico hacia el Haz de Hiss y su rama izquierda y derecha para despolarizar ambos ventrículos.
El ritmo cardíaco normal (sinusal) es aquel en el que existe una distancia constante entre ondas semejantes y esto se tiene que repetir a lo largo de todo el ECG. Debe haber onda p, seguida de un complejo QRS y onda T en cada una de las doce derivaciones a lo largo de todo el trazado. Además la onda p tiene que ser positiva en DII, DIII y avF y negativa en avR. (recuerden o revean el tema "Triángulo de Einthoven" para observar la disposición de los electrodos y de allí consecuentemente comprender la polaridad de la onda P en diferentes derivaciones).
Ejemplo de ritmo sinusal:
Fuente de las imágenes: "Interpretación de ECG" de Dubin.
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